¿Qué es el glaucoma? Seguramente, alguna vez te hayas hecho esta pregunta porque le ha ocurrido a algún familiar o a alguna persona cercana. El glaucoma es una serie de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, provocando la pérdida progresiva de la vista por parte de aquella persona que lo padece. 

Se trata de un problema que afecta, por lo general, a las personas más adultas, sobre todo, a aquellos que superan los 60 años de edad, pero, sin embargo, puede darse a cualquier edad. Por eso, y al tratarse de un problema tan habitual, desde Óptica Paredes te queremos hablar de ello, de sus causas y de sus posibles tratamientos. 

¿Cómo se origina el glaucoma? 

Uno de los mayores problemas del glaucoma reside en el hecho de que se trata de una enfermedad que, en muchas ocasiones, se presenta de una forma progresiva. Es decir, no presenta signos de advertencia hacia la persona que lo sufre. En muchos de esos casos las personas achacan la pérdida de visión al paso de los años o al uso de las tecnologías, pero hay mucho más detrás de ese problema. 

Como te comentábamos al principio, el glaucoma se genera a consecuencia de una lesión en el nervio óptico, el que -hablando de una forma coloquial- nos permite ver en nuestro día a día desde que somos bebés. El deterioro de este nervio provoca que aparezcan puntos ciegos dentro de nuestro campo visual. El glaucoma y la lesión del nervio óptico se deben, según los médicos, al aumento de presión en el ojo. 

A todo esto hay que sumar que, según las investigaciones que se han llevado a cabo al respecto, el glaucoma es hereditario, por lo que la carga genética de las personas podría conllevar un mayor riesgo de sufrir un glaucoma. 

¿Cómo prevenir un glaucoma? 

Aunque podamos resultar un tanto pesados en Óptica Paredes, como siempre os comentamos la mejor forma de prevenir un glaucoma es, a través, de exámenes regulares de tu vista. Realizarnos un examen completo del ojo cada cierto tiempo nos ayudará a atajar, cuanto antes, un problema que, en el futuro, puede llegar a provocar la ceguera completa de aquella persona que lo sufra. 

Estos exámenes deberán ser más frecuentes según vayamos cumpliendo años. Si tenemos menos de 40 años, con hacernos una revisión completa del ojo de cada 5 a 10 años, será suficiente; si tenemos entre 40 y 54 años, tendremos que pasar por la óptica de cada 2 a 4 años; esta regularidad aumenta en el caso de los mayores de 65 años, que deberán pasar de cada 1 a 2 años. 

Otras formas de prevenir un glaucoma

Conocer, a la perfección, los antecedentes oculares de tu familia será una buena forma de prevenir la aparición de un glaucoma. También, el hecho de llevar a cabo una vida saludable y realizar una actividad física segura. Utilizar, con regularidad, gotas oftalmológicas con prescripción y utilizar protección para los ojos pueden ser otras buenas maneras de proteger nuestra vista del riesgo de sufrir un glaucoma.